domingo, 29 de noviembre de 2020

1° Domingo de Adviento - Homilía de Monseñor Angelelli




Evangelio según San Marcos 13,33-37.

En aquél tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Tengan cuidado y estén prevenidos, porque no saben cuándo llegará el momento. Será como un hombre que se va de viaje, deja su casa al cuidado de sus servidores, asigna a cada uno su tarea, y recomienda al portero que permanezca en vela. Estén prevenidos, entonces, porque no saben cuándo llegará el dueño de casa, si al atardecer, a medianoche, al canto del gallo o por la mañana. No sea que llegue de improviso y los encuentre dormidos. Y esto que les digo a ustedes, lo digo a todos: ¡Estén prevenidos!".

Homilía de Monseñor Enrique Angelelli, 30 de noviembre de 1975


Hermanos y amigos:
Comenzamos hoy el tiempo litúrgico del “ADVIENTO”. Es el tiempo de la “esperanza”. Esperamos al Salvador; Cristo. Pedimos su llegada; nos disponemos a su venida. Comienza hoy y nos lleva a la Navidad. Es el Adviento una síntesis de la historia de la humanidad; peregrinamos y vamos haciendo el camino de la vida hasta llegar con nuestro Padre Dios. Esta marcha se hace difícil; se la descubre y le encontramos el sentido pleno, si la miramos y la hacemos desde la Fe. La ESPERANZA es la fuerza, mientras vamos haciendo el camino; es la que permanentemente nos rejuvenece por dentro y nos hace ver con claridad mayor el horizonte, la esperanza es la que nos da la certeza del camino y de la meta aunque aún no la tengamos en plenitud. Es la que nos hace superar obstáculos y nos hace mirar el presente con ojos de futuro con experiencia del pasado. La certeza de nuestra esperanza es Cristo: el que vino; el que está con y entre nosotros; el que nos da su vida y su luz; el que nos hace su pueblo y su Iglesia. Es el que camina con nosotros y con nosotros construye nuestra historia.

Ser cristianos, hoy como siempre, es estar atentos a los signos de los tiempos; a las manifestaciones de la presencia de Dios en la historia de los hombres; en actitud vigilante espera del encuentro con el Señor. Adviento es también la síntesis de nuestra propia existencia, con todo lo que ella encierra de “gozo y esperanza, de dolores y angustias”, pero con la certeza que da la Fidelidad del Señor que es “nuestro Padre” y nosotros la obra de sus manos. 

Acabo de regresar de la Asamblea del Episcopado. En ella, como pastores del Pueblo de Dios, hemos tratado de iluminar nuestra crítica situación argentina con ojos de Evangelio desde la fe; miramos nuestra realidad en su conjunto nacional y en cada una de nuestras realidades diocesanas. En un documento final dijimos: “muchas veces y de diversas maneras hemos aportado nuestra colaboración para iluminar desde la Fe el proceso histórico que vivimos. Nuestra voz y nuestra actitud han querido ser siempre leales a la patria que amamos y fieles al Evangelio que  proclamamos, sin identificarnos con sectores sociales, agrupaciones políticas o corrientes ideológicas...” “...con la comunidad nacional tenemos clara conciencia de las graves dificultades políticas, económicas, sociales y espirituales que se viven, y nos preocupa que esta acumulación de problemas originen un clima general de frustración y desesperanza... indudablemente transitamos por una etapa crítica, pero no necesariamente sin solución... es un proceso grave de nuestra historia, y quizás con hondas repercusiones para el futuro, pero dependerá de todos los argentinos que transformemos la crisis en proceso de purificación, crecimiento y superación... la patria es una realidad que va más allá de sus dificultades, de sus funcionarios o de algunas de sus instituciones; depende de todos los argentinos; va mucho más allá de las opciones partidarias o personales; mira y busca el bien de toda la comunidad nacional...”

...necesitamos “renovarnos y reconciliarnos en la paz y en la serenidad de los espíritus ya que sólo el corazón pacificado puede llevar la paz a los demás. Necesitamos renovarnos en la JUSTICIA Y EN LA LIBERTAD para asegurar un nuevo orden social... necesitamos renovarnos en la Fe, la Esperanza y el Amor porque son las fuentes incontaminadas para superar, no sólo la crisis histórica del país, sino la tentación de frustración y el riesgo de ser devorados por los problemas inmediatos. No somos ignorantes de lo que se opina a diversos niveles acerca de la misión de la Iglesia en esta coyuntura que vivimos; más aún, de las afirmaciones aún de las disparatadas y sin sentido de las diócesis, también de la nuestra. Muchas de estas opiniones y juicios fruto de la ignorancia, de intereses en juego y del clima reinante en el país.

Una verdad es necesaria repetirla aún corriendo el riesgo de superflua: ninguna autoridad puramente humana, de la jerarquía que ella fuere, tiene competencia dada por Cristo para arrogarse la autoridad de juzgar si la misión de la Iglesia y el contenido de la Fe está de acuerdo con la “doctrina católica”. Obrar así, además de erróneo es una manifestación consiente o inconsciente de soberbia y puede llegar a ser un pecado contra el “Espíritu Santo”. Los que el Señor ha colocado al frente de su Iglesia como legítimos pastores son los que tienen la tremenda responsabilidad de ser los intérpretes auténticos de la fe, así el ejercicio de esta misión les acarree sufrimientos y renuncias dolorosas.

“Oportuna e inoportunamente predica la Palabra de Dios...” le decía San Pablo a Timoteo. Mirando nuestra diócesis en el comienzo de este Adviento, debe decirles que no puedo dejar de compartir con ustedes el dolor y la zozobra que viven. También es verdad que es necesario no perder el sentido de esperanza que debe tener siempre nuestra vida. Aunque pueda aparecer la “visita de San Nicolás” como algo sin importancia o tergiversando su finalidad, sin embargo la gracia de Dios que se viene derramando sobre La Rioja no podrá ser destruida por las pasiones y la mentira de nosotros los hombres si permanecemos fieles a ese Evangelio que San Nicolás tiene en sus manos como mensajero del mismo. Seguiremos con nuestra misión diocesana con la misma finalidad de “renovación y reconciliación” del año santo, hasta donde nos sea posible. La Iglesia diocesana no respalda ni bendice todo lo que pueda ser difundir la mentira, la calumnia y la difamación. Les reitero por el bien espiritual de ustedes y de La Rioja que no se presten a esta lacra moral o la difamación y la calumnia. Me lo han oído muchas veces. Es mi deber señalarlo; no hacerlo faltaría gravemente a mi misión pastoral. Dios, nuestro Padre, que nos está mirando en lo más profundo de nuestras conciencias, nos dé la gracia y la luz para no perder la serenidad de espíritu, la lucidez para discernir bien, la fortaleza interior para dejarnos cuestionar interiormente por su Evangelio, y la esperanza para no cansarnos de ser siempre justos, responsables, respetuosos de las personas como templos de Dios porque nos dice el Evangelio de hoy: “estén vigilantes porque en la hora menos pensada viene el Señor a que le demos cuenta de nuestras vidas...”

Durante todo el Adviento,
- Háganse oraciones privadas y públicas por la Patria.
- El día 8 de diciembre, que sea una jornada especial de oración por intercesión de María Santísima Inmaculada
- Realicen actos penitenciales los viernes de adviento por la Patria.


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sábado, 21 de noviembre de 2020

"Fiesta de Cristo Rey" - Homilía de Monseñor Angelelli




Saludos: a los Músicos de la banda y a cuantos se dedican a este noble arte, a las Enfermeras de toda la provincia que con abnegación sirven nuestros enfermos en hospitales, clínicas y casas particulares, a los chicos que han finalizado su primaria.

Hoy celebra la Iglesia la fiesta litúrgica de Cristo Rey y pone fin a todo el tiempo llamado ordinario, después de Pentecostés, que nos ha llevado a meditar sobre la Iglesia y su misión en el mundo hoy. En los textos leídos en la Biblia nos da el alimento para nuestra meditación dominical, Jesús le dice a Pilato que él es Rey que anuncia el Reino de Dios entre los hombres, que el Reino ya ha comenzado con Él desde su Encarnación en el seno de María, la Vírgen. Conocer a Jesús es conocer el Reino del Padre de los cielos. Este Reino es: Reino de Verdad, de Vida, de Paz, de Justicia, de Amor. No es de este mundo ¿por qué?, porque su contenido lo trae del Padre, es la misma vida de Dios participada a nosotros los hombres. Es la Vida, la Comunión, el Amor, la Misión salvadora que Jesús trae del Seno de la Santísima Trinidad. Es para todos los hombres y para cada hombre, sin distinción alguna. Para eso vino al mundo, para ser Rey, no para dominar, sino para servir.

Amigos: el Papa Pablo VI nos decía a más de seiscientos obispos latinoamericanos el 24 de noviembre de 1965, sobre nuestra Misión Pastoral: "América Latina presenta una sociedad en movimiento, sujeta a cambios rápidos y profundos. En el Pastor se determina una primera actitud: defender lo que existe; pero esto no basta, ya sea porque lo que existe no es adecuado a toda la población y todas las necesidades, ya sea también porque aún lo que existe está compenetrado y arrastrado por el movimiento y la transformación. El Pastor debe advertir -continúa el Papa que no faltan lamentablemente, quienes permanezcan cerrados al soplo renovador de los tiempos y que se muestran faltos no sólo de sensibilidad humana, sino aún de una visión cristiana de los problemas que se agitan a su alrededor".

...Se diría que la Fe del pueblo latinoamericano debe alcanzar todavía una plena madurez de desarrollo...
"El Pastor debe advertir que el momento es propicio; el Concilio ha suscitado un fuerte despertar de energías que hay que saber alimentar y poner en acción; ha producido una esperanza ardiente que es preciso no defraudar; deberá tener siempre abiertos los ojos sobre el mundo, porque la observancia y la vigilancia evangélica deben continuar, porque el mundo cambia y es necesario satisfacer las crecientes exigencias e interpretar las nuevas necesidades. El sabrá servirse de la ayuda de especialistas en la reflexión teológica y sociológica. El Pastor hará uso amplio e inteligente de los datos sociológicos y elaborados acerca de las condiciones religiosas de su diócesis.

Invitará a sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos con espíritu de fraternal entendimiento a la renovación querida por el Concilio partiendo del exacto conocimiento de las situaciones y de la urgencia del trabajo... 
La conciencia de ser y de querer ser hombre de nuestro tiempo nos hará conocer también la necesidad imperiosa y la medida exacta de nuestra participación humilde, pero sincera, en la solución de los problemas humanos y de la hora actual". Y como decíamos el domingo pasado, el mismo Pablo VI nos despedía a los Obispos aquel 8 de diciembre de 1965 para que cargados cada uno con el fruto de las deliberaciones conciliares, lleváramos la doctrina católica auténtica del Concilio, confirmada por la asistencia del Espíritu Santo, a nuestras diócesis para que fuera alimento y fermento de un nuevo rejuvenecer de la Iglesia en el mundo actual.

Mediamos y medimos la responsabilidad de sucesores de los apóstoles y de maestros auténticos de la Fe, en comunión con los demás obispos y con Pedro. Toda la Iglesia, por fidelidad a su pasado, a su historia y a la Tradición Viva a través de los siglos, debía entrar en una profunda, equilibrada y madura revisión y renovación interior en todos y cada uno de los cristianos, sus hijos, para que aparezca como Signo de Salvación puesto por Dios entre los hombres. Este hecho auspicioso y cargado de esperanzas, traería y trae consigo el precio de toda verdadera renovación y rejuvenecimiento: la CRUZ, el Dolor purificante de toda redención capaz de engendrar vida nueva, que es la VIDA DE LA PASCUA DEL SEÑOR.

El Concilio no trae sólo cambios de métodos sino algo mucho más profundo, cambios de mentalidad, de actitudes, actitudes nuevas, que respondan mejor a un genuino espíritu evangélico, actitudes que lleven a una Fe adulta, responsable de los compromisos asumidos en el Bautismo. Porque la Iglesia no sigue los criterios y los módulos humanos, sino aquello de Pablo: en la debilidad y en la escoria construye su Reino. Doce hombres pescadores, son elegidos para hacerlos fundamentos de su Iglesia: son débiles, el que será cabeza le negara tres veces; esperan un Reino Temporal; son miedosos ante el escándalo de la Cruz, huyen, son incultos. Pero para hacer brillar la fuerza que viene de Dios, los confirmará con el Espíritu Santo y hará de ellos, testigos, hombres comprometidos, que sellarán su testimonio de anunciadores de la Muerte y Resurrección del Señor con la propia vida.

Se necesita, amigos, ser muy sencillos de corazón para entender a Jesús, que se proclama Rey, este Jesús no condena a la pecadora si los otros no le tiran la primera piedra. Acoge a Nicodemo y le habla que tiene que nacer de nuevo en el Espíritu Santo; no teme echar a los mercaderes del Templo; denuncia la hipocresía de los fariseos. Alaba al publicano; siente todo el peso de la Pasión que se avecina. A Pedro lo reprende como hombre de poca Fe; a la Samaritana le describe toda su historia personal pero al mismo tiempo la llama a que tome el agua viva que salta hasta la vida eterna. ¿Qué les dice a los de Emaús?, que son tardos y duros de entender las Escrituras y que ¿no entienden que el Cristo tiene antes que morir en la Cruz para resucitar? Que si el grano no muere no da fruto. Que a quién a vosotros escucha, a Mi me escucha. Quién a vosotros persigue a Mí me persigue. Que llora sobre Jerusalén porque no recibe al Señor, le sobrevendrán ruinas y destrucción. Que condena a quienes cuelan el mosquito y por dentro son sepulcros blanqueados y lobos rapaces. Que nos describe la Paternidad de Dios y su gran Misericordia en la acogida del hijo pródigo y no aprueba la conducta arrogante, mezquina y cerrada al hermano, en el hijo mayor de la parábola. Que deja a las noventa y nueve ovejas para ir a buscar a la perdida para que sea acogida con gozo y alegría por quienes están en el corral.

Así Jesús anuncia su Reino. Reino de Verdad y de Vida, Reino de Paz y Justicia. Reino de Amor. No teme hacerse hombre, mezclarse con los hombres, tomar todo lo nuestro menos el pecado, pero cargará el pecado de los hombres, que lo acusarán de endemoniado y amigo de juntarse con pecadores y publicanos. Es decir hombres mal vistos por quienes creían tener el monopolio de la verdad y de la virtud. Y por amor al Hombre, para y por el hombre herido por el pecado, irá hasta la muerte y muerte de Cruz. Esta es la prueba más estupenda del amor y el servicio al amigo. Nos convoca a ser perfectos como el Padre de los cielos.

Amigos: las características del Reino traído por Cristo, debe hacernos reflexionar seriamente a todos nosotros. No podemos construir el Reino del Señor, hacerlo crecer entre nuestros hermanos, si excluimos, condenamos, nos alimentamos con el comentario fácil, superficial. "Temo al Señor que pasa" decía San Agustín. Es hora de despertar de nuestro letargo, si la Fe nuestra ya no nos hace hacer opciones en la vida. La Fe es operante, transformante, comprometedora, signo de contradicción. Mientras muchos hermanos nuestros riojanos se debaten en la extrema necesidad material, espiritual y moral, no escandalicemos con nuestras actitudes que contradicen a la Verdad, a la Vida de Dios, a la Paz, a la Justicia y al Amor, característica del Reino de Dios.

Padres y Madres de Familias: piensen en sus hijos cuando asumen determinadas actitudes ¿son verdaderamente cristianas, justas, fruto de la caridad? Démosle a nuestra juventud y a nuestros niños el testimonio de que vivimos una Fe sincera y madura.

Amigo, usted que me escucha, si ama a su Iglesia y la quiere de verdad, no mezclemos criterios puramente humanos y personales con los criterios que da la FE CRISTIANA para discernir cualquier acontecimiento de la vida diaria; escandalizamos y cerramos la puerta de quienes con corazón recto y comprometidos con la suerte de sus hermanos buscan descubrir el rostro y la Voz de Dios en el clamor justo y legítimo de los que sufren, de los que tienen hambre de pan, de cultura y de Dios; abramos los ojos y dilatemos el corazón para saber percibir que una sociedad nueva se está gestando y que la Iglesia, nosotros los cristianos, debemos acompañar este doloroso alumbramiento para que nazca con el sello de Dios. ¿No le parece, amigo, que no hay tiempo que perder?

Homilía de Monseñor Enrique Angelelli, 22 de noviembre de 1970


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miércoles, 18 de noviembre de 2020

BOLETÍN MONS. ORZALI, Siervo de Dios: N° 15 "Arzobispo"



El año 1934 señala un hito en la historia de la Iglesia en Argentina. Buenos Aires es la sede del XXXII Congreso Eucarístico Internacional. El 20 de abril, por medio de la bula Nobilis Argentinae Nationis, el Papa Pio XI crea diez nuevas diócesis en el país, entre ellas Mendoza y San Luis; y dispone la creación de nuevas provincias eclesiásticas: la de Buenos Aires, la de Córdoba, La Plata, Paraná, Salta, Santa Fe y San Juan de Cuyo, la cual tiene como sufragáneas a las diócesis de Mendoza y San Luis. Los Obispos de Córdoba, La Plata, Santa Fe y San Juan son promovidos a Arzobispos.

El 30 de Julio, el nuncio Apostólico, Mons. Cortesi, expide el decreto de ejecución de la Bula, con lo que queda establecida la nueva división eclesiástica. Mons. José Américo Orzali, sexto Obispo de San Juan de Cuyo, se convierte en el primer Arzobispo de esta nueva provincia eclesiástica.

Ese año, 1934, no sólo congrega a los fieles sanjuaninos para agradecer la elevación a Arquidiócesis, sino que además se festejaba el centenario de la Diócesis. En efecto, el 19 de septiembre de 1834, el Papa Gregorio XVI creó el obispado de Cuyo, siendo su primer prelado Fray Justo Santa María de Oro.

El 19 de noviembre, Orzali, se despide de San Luis; y el 24 de marzo de 1935, de Mendoza. El 24 de junio de aquel año, en la fiesta del patrono de la diócesis, Mons. Orzali recibe, de manos del flamante Obispo de Mendoza, el Palio Arzobispal y realiza el juramento de fidelidad.

 


Bibliografía:

CALATAYUD, Ángel (1960). Rosas. Ediciones Rosarinas. Buenos Aires, Argentina.
CASTRO, Ana E. (1998) José Américo Orzali. Fundador, Obispo y misionero. Arzobispado de San Juan de Cuyo. San Juan, Argentina.
DE JESÚS, María Araceli. (2012). Padre y Pastor: Vida y obra de Mons. Américo Orzali. Ágape Libros. Buenos Aires, Argentina.
ENTRAIGAS, Raúl A. (1949) El Buen Pastor de Cuyo. 2da edición. Editorial Difusión. Buenos Aires, Argentina. 

Martín Sillero (Seminarista de la Arquidiocesis de San Juan de Cuyo)




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domingo, 15 de noviembre de 2020

¿Francisco predica el pobrismo? - P. Quique Bianchi


Este domingo la Iglesia realiza la IV Jornada Mundial de los Pobres. Como cada vez que Francisco se refiere a los últimos, no faltarán quienes se pregunten con sinceridad: ¿a dónde apunta?, ¿acaso no es un comunismo o un socialismo con un nuevo formato? Desde hace pocos años se empezó a usar la noción de pobrismo. Quienes la utilizan parecen referirse a una actitud de exaltación indebida de la pobreza que -bajo un manto piadoso- lleva a mantener a los pobres en la miseria con el fin de manipularlos políticamente. No faltan quienes ven este vicio en la prédica de la Iglesia, especialmente en el pontificado de Francisco.

Lo primero que hay que reconocerle al papa actual es que es el único líder internacional de peso que impulsa una agenda con los problemas de fondo de la convivencia humana: cuidado de la tierra, paz mundial, solicitud por los “descartados” de la sociedad, el drama de los migrantes,  etc.

La existencia de pobres en sociedades donde abundan los recursos representa una poderosa interpelación ante la que nadie puede permanecer indiferente. Sus luchas cotidianas, visibles en nuestras calles, buscando sobrevivir con lo que los demás descartamos, es una denuncia de la injusticia estructural de nuestro sistema de convivencia. Todos tomamos -consciente e inconscientemente- una actitud ante esa “anomalía” de nuestra vida comunitaria.

Para entender la postura de Francisco hay que verla en el marco de la enseñanza de la Iglesia. El corazón de la fe que anunciamos habla de un Dios que se hizo hombre en Jesucristo. Pero esta encarnación tiene una peculiaridad: el Hijo de Dios no vino al mundo en un palacio, ni siquiera en una humilde habitación. Nació en un establo, como los hijos de los más pobres. Ese sólo hecho tiene mucho para decirnos si lo dejamos trabajar en nuestro corazón. Toda la vida de Jesús se desarrolló en el mundo de los pobres. Su prédica habla de un Dios que ama especialmente a los que la sociedad desprecia.

La Iglesia cuando se acerca al pobre lo hace desde una perspectiva muy concreta: desde Cristo. Mirándolos desde ahí, los pobres no son primeramente personas que carecen de los bienes del desarrollo moderno. En ellos hay una misteriosa presencia de Cristo que pide ser amado. Él lo dijo expresamente: “tuve hambre y me diste de comer”. Esto no quita que se ame a cada uno en sí mismo. Allí radica la dignidad más profunda de los últimos. Bien lo entendió una santa de nuestro tiempo, Teresa de Calcuta, que supo amar a Cristo en los murientes. Ella decía: “necesitamos la profundidad de los ojos de la fe para ver a Cristo en el cuerpo roto y en los vestidos sucios, bajo los cuales se esconde el más bello de los hijos de los hombres”.

Cuando Francisco habla de los pobres lo hace primeramente desde esta perspectiva teológica. La raíz de su planteo está en un plano distinto de las cuestiones coyunturales propias de la problemática de la pobreza. Por supuesto que no son planos desconectados. A la Iglesia le interesa todo lo que tenga que ver con aliviar el sufrimiento de los pobres. Especialmente la tan largamente esperada justicia social.

Quienes tildan a Francisco de pobrista seguramente no entienden esta distinción de planos. El llamado del papa a ocuparnos de los pobres no nace de un marco ideológico estrecho sino de la convicción de que el mismo Cristo nos envía a amarlos preferencialmente. Para el papa es claro: “el amor a los pobres está en el centro del Evangelio”. 



Autor: P. Quique Bianchi (diócesis: "San Nicolás de los Arroyos" - Buenos Aires)


Otras publicaciones del P. Quique Bianchi en este blog:


"Los pobres nos salvan"

Angelelli: ¿qué significa martirio “en odio de la fe”?

"Fui homeless y me echaste de tus ciudades"

"Una Iglesia de rostro amazónico y el escándalo de la inculturación"



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sábado, 7 de noviembre de 2020

Beato Joan Roig Diggle (1917-1936), mártir de la Eucaristía


Este 7 de noviembre se celebró la beatificación de Joan Roig Diggle, un joven que fue asesinado cuando tenia tan solo 19 años. Custodió la Eucaristía hasta el último día de su vida. Te invitamos a conocer su valiente testimonio de santidad:

Breve Biografía

Joan nació en Barcelona el 12 de mayo de 1917. Es bautizado en la iglesia de la Inmaculada Concepción de Barcelona. Recibe la Primera Comunión a los 7 años. En 1927 ingresa en el colegio de los Escolapios para iniciar el bachillerato. 


La familia de Joan: Ramón Roig Fuente (padre), Maud Diggle Puckering (madre) 
y sus hermanas: Lourdes y Beatriz.


En 1934, toda la familia se traslada al Masnou y Joan debe dejar la escuela para ponerse a trabajar. El motivo es que su padre sufre un grave problema económico y queda prácticamente arruinado. Es un golpe duro para la familia y para él, que ve truncadas sus ilusiones de futuro. Durante el día trabajaba y estudiaba por las noches y a pesar de esto, no deja de ir a misa ningún día, y también pasa largos ratos rezando en la capilla del santísimo sacramento. Empieza a dar catequesis a los niños de la parroquia de Sant Pere del Masnou y se integra en la Federación de Jóvenes Cristianos de Cataluña (FJCC), donde encuentra una comunidad y una misión: llevar a Jesús a los demás.

Un gran apóstol

Joan fue un apóstol incansable. Vivía la fe con un gran sentido de comunidad y procuraba dedicar tiempo para evangelizar niños y jóvenes. Era también un trabajador incansable, que estudió la doctrina social de la Iglesia para defender los derechos de los trabajadores y mejorar las condiciones de trabajo de los obreros, en un momento histórico y un contexto social muy complejo. Le gustaba escribir sobre cuestiones sociales en el boletín de la FJCC llamado “Mar Blava”. También se dedicó a visitar a los enfermos y pobres.


En 1936 estalla la Guerra Civil española, que lleva a la quema generalizada de iglesias y la persecución hasta la muerte de religiosos, sacerdotes y laicos. Joan decidió exponerse al peligro, cada día yendo y viniendo en tren y recibiendo la eucaristía a escondidas.

Testimonios 

"Se pasaba horas ante el Santísimo sin darse cuenta. Su ejemplo convertía más que sus palabras."

“Quería ser misionero. En un círculo de estudios celebrado pocos días antes del 18 de julio nos dijo que veríamos a Cataluña roja, pero no solo de comunismo, sino de la sangre de sus mártires, y que nos preparásemos todos, porque si Dios nos había elegido para ser uno de estos, debíamos estar dispuestos a recibir el martirio con gracia y valentía como corresponde a todo buen cristiano, y así lo hacían los primeros en las catacumbas”. (Joan Meseguer, presidente en 1936 de la rama infantil de la FJCC)

Joan me dijo un día: 'Yo dedico normalmente al menos dos horas diarias a la vida espiritual: Misa, comunión, meditación y visita al Santísmo; es poco, pero mi trabajo y el apostolado no me dan para más'”.  “Cuando tras las elecciones del 16 febrero empezaron a incendiar iglesias, Joan también me dijo que si el caso llegaba a Masnou, él no podría soportar el ver quemar nuestra iglesia; se pondría de brazos en cruz ante la puerta, y habrían de quemarlo también antes de sacarlo de allí". (P. José Gili Doria, vicario de la parroquia de Masnou)

Parroquia de San Pedro de Masnou donde Joan asistía a misa diariamente.
Parroquia San Pedro en Masnou donde
 Joan asistía a misa diariamente.

Custodio de la Eucaristía hasta el martirio

El 11 de septiembre de 1936,  el P. Llumá (quien era su director espiritual) entregó al joven un copón con la Eucaristía para que pudiera llevar la comunión a sus vecinos más enfermos. En una de esas visitas, Joan Roig le dijo a la familia Rosés que ese día que estaba con ellos lo iban a matar. “Nada temo, llevo conmigo al Amo”. Dejó el Santísimo y, tras volver de su trabajo, lo recogió y lo llevó a su casa. Algunas horas después, milicianos tocaron la puerta de su casa y Joan consumió rápidamente las hostias que custodiaba. Se abrazó a su madre (originaria de Inglaterra) y se despidió de ella diciéndole: “God is with me” (Dios está conmigo).

Un último minuto de perdón

La patrulla de las juventudes libertarias de Badalona lo llevó junto al cementerio de Santa Coloma de Gramanet. Sus últimas palabras fueron: “Que Dios os perdone como yo os perdono”. 

Joan Roig fue asesinado con 5 disparos en el corazón y uno en la cabeza el mismo 11 de septiembre.

Jaume Marés, tío de Joan Roig, cuando se enteró de su detención pidió ayuda a un amigo policía. Le reveló que uno de los verdugos le había hablado del muchacho: “¡Ah! Aquel chico rubio era un valiente, murió predicando. Moría diciendo que nos perdonaba y que pedía a Dios que nos perdonará."

La Vida Interior ( fragmento de un escrito espiritual de Joan)

-Es evidente la necesidad que tenemos los cristianos de poseer el Espíritu Santo, que da fuerza y amor, porque es necesaria extraordinaria fortaleza para mantener alejados a nuestros enemigos espirituales y materiales. Nos toca, pues, comprender la necesidad que tenemos de poseerlo porque es necesaria al mundo una gran dosis de amor entre los hombres y hacia Dios. Efectivamente: teniendo en cuenta que lo que más abunda entre los hombres es el odio y la envidia; odio entre patrono y obrero, entre rico y pobre, entre partido y partido político, entre nación y nación, odio en los laicos ateos y demás sectas contra los cristianos. A lo que se ha de llegar es a una paz verdadera, y ésta no vendrá sino por el Amor sobrenatural. A vivir, pues, intensamente la vida sobrenatural. Lo que predomina en el mundo es naturalismo y materialismo, que significa desconocimiento de lo sobrenatural. A tales males, tales remedios. Contra las teorías modernas, la vida sobrenatural, espiritual, de unión con Dios: «¡la vida interior!».-


Proceso de beatificación

El 15 de abril de 1993, se conformó la Asociación "Amigos de Joan Roig Diggle". Con la finalidad de promover su testimonio de vida y el proceso de canonización.

El 4 de octubre de 1999 se dio apertura al proceso de canonización en Barcelona, esta primera fase diocesana se extendió hasta el 16 de mayo del año 2001. Dos días después la causa fue presentada en Congregación para las Causas de los Santos.

El 4 de octubre del año 2009, el Papa Francisco ha firmado el decreto que reconoce el martirio del joven católico Joan Roig Diggle, asesinado "in odium fidei" en 1936 en el cementerio de Santa Coloma de Gramenet.

7 de noviembre del año 2020, ceremonia de beatificación en la basílica de la Sagrada Familia de Barcelona.


Fragmentos de la homilía del cardenal Juan José Omella en la ceremonia de beatificación de Joan Roig Diggle (07/11/2020 ):

"Joan Roig puede ser un modelo de vida cristiana para los jóvenes y adultos de nuestra sociedad. Su testimonio puede suscitar en nosotros el deseo de seguir a Cristo con alegría y generosidad. La profunda amistad con Dios, la oración, la vida eucarística y el ardor apostólico de nuestro joven beato nos unirán más a Cristo y a su Evangelio."  

"Todos los que conocieron a Joan destacaron su gran amor por la Eucaristía. La vida eucaristía de Joan lo llevó a querer ser pan partido y compartido con los hombres de su tiempo."

"Joan estuvo comprometido en cuerpo y alma en la construcción de la civilización del amor y en la lucha por la justicia, la paz y la solidaridad. Quería transformar la sociedad desde el Evangelio."
 
"Joan fue un hombre de oración y de acción, un verdadero testimonio de amor a Dios y a los hermanos. Su unión a Dios lo llevó a entregar su propia vida. Joan proclamó el Evangelio en el momento más difícil de su vida,  habló de Cristo a aquellos que lo iban a matar."

"Todos estamos llamados a ser santos, como lo fue Joan Todos, como Joan, estamos llamados a ser santos, cada uno por el camino y vocación que Dios le propone. El Señor nos invita a ser testigos de nuestra fe en la vida cotidiana. Esta llamada a la santidad en nuestra vida ordinaria nos la recuerda el papa Francisco: «Todos estamos llamados a ser santos viviendo con amor y ofreciendo el propio testimonio en las ocupaciones de cada día, allí donde uno se encuentra» (Gaudete et exsultate, 14)." 
 
 Te invitamos a conocer más de la vida de Joan, a través de estos testimonios:



Fuentes:



Te invitamos a dejar un comentario:
¿Ya conocías la vida de este joven?
¿Qué es lo que más te impacta de su vida?
¿Te gustaría leer algunos escritos espirituales de Joan?



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