viernes, 24 de agosto de 2018

50 años de la llegada de Monseñor Angelelli a La Rioja - 1° Mensaje





El 24 de Agosto de 1968, Monseñor Enrique Angelelli asumió como obispo de la diócesis de La Rioja, a continuación el primer mensaje a su diócesis:



Primer Mensaje a la Diócesis de La Rioja (24/08/1968)

Les acaba de llegar a La Rioja un hombre de tierra adentro, que les habla el mismo lenguaje. Un hombre que quiere identificarse y comprometerse con ustedes. Quiere ser un riojano más. Por eso, desde ahora, les dice: mí querido pueblo Riojano. Este hombre siente y experimenta interiormente el peso de la responsabilidad, de haber sido ungido por el Espíritu del Señor y ser enviado por Jesucristo para pastorear este pueblo de Dios. Aquí tienen el obispo; hermano en la debilidad de todos los hombres; un cristiano como ustedes, sacerdote en la plenitud del sacerdocio de Jesucristo; obispo de esta diócesis riojana.
En este primer encuentro, familiar y fraterno, brota de lo más hondo de mi alma, como un grito, mi saludo para todos: autoridades y pueblo; a cada riojano: de la ciudad, de Los Llanos y metido entre los cerros; a nuestros hermanos cristianos de distintas comunidades no católicas; a todo riojano creyente o no creyente, a los niños, y a los jóvenes y a los adultos de cualquier condición en que se encuentren; reciban el saludo: que la paz y la bendición de nuestro Señor Jesucristo llegue abundante y fecunda a todos ustedes.
Esta comunidad tiene una historia que nos enseña quienes fuimos y somos. La presencia de Dios recorre toda su historia. Aquí me encuentro, cobijado a la sombra del santuario de San Nicolás; donde el obispo tiene su cátedra para seguirles anunciando el evangelio de Jesucristo; la silla para presidir la comunidad de sus hermanos; la mesa para celebrar la eucaristía con su pueblo.
Mi imaginación, en estos momentos, trata de recorrer velozmente, el pasado y la tradición de La Rioja; su vida andada; el camino peregrinado. Asumo a este pueblo que el Señor me ha confiado para el servicio pastoral y que guarda en sus alforjas un pasado y una historia ricos en contenidos; amasados con alegrías y dolores hasta la sangre; una personalidad definida con caracteres propios; un camino que se abrió a los cuatro rumbos; dándole hijos a la patria, para que tejieran su historia; hombres a las letras, a las artes, a la educación, a la política y a la cosa pública y próceres a la patria; sacerdotes misioneros y apostólicos hasta el heroísmo oculto, que recorrieron y recorren sus caminos, por sus llanos, cerros y valles, evangelizando y santificando a sus hermanos.



Estoy en la tierra donde San Francisco Solano, convocó al indio, al mestizo y al español en torno al evangelio y a la eucaristía, para que todos se sintieran hijos de un mismo padre que está en los cielos. Tierra de San Nicolás y del Niño Alcalde; del Chacho, Facundo, Castro Barros y Joaquín V. González entre otros; tierra que guarda en sus entrañas metales preciosos; donde florece la vid y el olivo; tierra sedienta, esperando que le recojan el agua de sus entrañas para hacer felices a sus hijos; tierra generosa para brindar abundante pan, si con el trabajo y el esfuerzo común y participado por todos, se le brindan medios adecuados y eficaces, para que sus hijos puedan sumarse a la gran tarea solidaria de hacer feliz a la nación, haciendo próspera y desarrollada en sus potencialidades a la provincia. Tierra abierta al progreso y a la técnica; a los auténticos valores de la realización integral del hombre riojano, sensible y que sabe cantarle a las cosas nuestras; esperanzada para el progreso de todos los auténticos valores humanos del hombre riojano. Tierra que deja escuchar su grito de liberación porque siente que le ha llegado la hora de mostrar al país entero que guarda en su seno la imagen todavía pura, del hombre argentino y latinoamericano. Tierra con un rico acerbo de vivencia espiritual y fé cristiana, ansiosa de seguir madurando las semillas evangélicas sembradas en su alma riojana. En esta tierra y con esta historia, experimento en mi carne y en mi sangre, la sucesión apostólica por la que nos unimos a Jesucristo; porque me toca continuar la marcha de este pueblo de Dios, desde que su primer obispo, sucesor de los apóstoles Froilán Ferreyra fijó con su cayado de pastor, esta cátedra del evangelio, esta mesa de la eucaristía y esta silla para presidir, constituyendo la iglesia riojana, por disposición del sucesor de Pedro, cabeza del colegio episcopal.

Pero, hermanos y amigos, por fidelidad a la tradición y a la historia de La Rioja por fidelidad a la dinámica interior del mismo pueblo de Dios, que es movido por el espíritu del Señor y pastoreado por hombres ungidos y enviados, que debieron responder y ser fieles a su historia y a su presente, nos toca a nosotros, pueblo de Dios actual, hacer un alto en el camino andado. Se nos exige responder personal y libremente; asumir; reflexionar; meditar; evaluar; renovarnos; responder evangélicamente a nuestro mundo; asumimos la tradición; la historia pasada con todo su contenido de realizaciones y debilidades; con sus virtudes y pecados; no para comparar el presente con el pasado, sino para comparar el presente con lo que debe ser. Somos convocados no para resucitar el pasado sino para construir el futuro; tensionados en la paz interior y la esperanza cristiana; ubicados entre la tradición y el futuro, sigamos la marcha tratando de descubrir, en una búsqueda comunitaria la imagen verdadera y auténtica del dinamismo del presente: sus gozos y esperanzas; sus aspiraciones y limitaciones; sus realizaciones y sus potencialidades; sus riquezas y pobrezas; su vocación y misión de futuro.

Estamos viviendo una hora histórica, donde los cambios son profundos en la mentalidad de los hombres y en la estructuración de la sociedad humana. Existen sistemas que han estructurado la vida actual de la sociedad que causan muchos sufrimientos, injusticias y luchas fraticidas. "Muchos hombres sufren y se aumenta la distancia que separa el progreso de pocos y el estancamiento y aún el retroceso de muchos".
Comprobamos que la generación joven mira con algún desprecio a la generación de los mayores que no logró construir el mundo que ellos esperan ahora realizar. Somos testigos del mundo del desarrollo, de la planificación, de los cambios y del progreso; proceso difícil y doloroso, pero necesario. El Papa Pablo nos dice: "La situación presente tiene que afrontarse valerosamente, combatirse y vencerse las injusticias que trae consigo. El desarrollo exige transformaciones audaces, profundamente innovadoras, hay que emprender reformas urgentes. Cada uno debe aceptar su papel, sobre todo los que por su educación, su situación y su poder, tienen grandes posibilidades de acción. Hay que darse prisa... "Y mientras nosotros vivimos este encuentro primero, en esta toma de posesión del obispo de la diócesis, los delegados del Episcopado Latinoamericano, convocados y presididos por el Papa Pablo, se avocan al estudio y a la reflexión de la misión que la Iglesia Latinoamericana debe cumplir ante los urgentes y profundos cambios que reclama el continente.

La Iglesia, al mirar el rostro de los hombres de nuestro tiempo con los ojos puestos en Jesucristo "se ha declarado, una vez más, servidora de la humanidad; la idea del servicio ha ocupado su puesto central". Por eso la Iglesia, como pueblo de Dios, encarnado y comprometido en el mundo, ha entrado en una real renovación; caminamos hacia una Iglesia más misionera; más de servicio que de dominación; más dialogante con su mundo; más deseosa de un laicado maduro y responsable.
El hombre, objeto de todas las preocupaciones del Concilio, representa, como también para la Iglesia riojana, el centro de sus preocupaciones y afanes; quiere compartir sus angustias, esperanzas, debilidades y aspiraciones; el hombre se salva según la dimensión humana que da a su propia existencia pero no podrá alcanzar su plenitud sin Dios. Un humanismo exclusivo, un humanismo trunco. Para poder tener acceso a Dios lo debemos hacer a través de la humanidad asumida por Cristo en el misterio de la Encarnación, nacido de una hija de nuestra raza, María, madre de Dios y de los hombres. Las aspiraciones del hombre, de todos los hombres de nuestras tierras, por una vida plenamente humana, a saber: la lucha por la superación de las desigualdades sociales, los esfuerzos para liberarse de toda despersonalización: en hombre, la ignorancia, la miseria y el pecado; así como la toma cada vez más creciente de conciencia de la dignidad humana, son signos de nuestro tiempo, que debemos interpretar a la luz del evangelio y del magisterio de la Iglesia. Nuestra fe cristiana, nos hace ver que todo este movimiento actual de la humanidad, no obstante los obstáculos y fallas de todo orden, con sus desequilibrios hunden sus raíces en el mismo corazón del hombre (GS 10) allí tiene su origen; es transformado y alcanza su perfección en Cristo (GS 28). Nuestro compromiso cristiano hacia nuestros hermanos los hombres, o su injustificable evasión, decidan el destino eterno que todos tenemos. Los hombres damos a esta salvación y liberación traída por Cristo, una respuesta libre. Algunos la aceptan otros no. Por eso es más grave nuestra responsabilidad como cristianos. La Iglesia posee una misión " de orden religioso". A ella le toca proclamar proféticamente el mensaje de salvación; de él derivan "tareas, luces y energías capaces de dotar a la actividad diaria de los hombres, de un sentido y de una significación muchas más profundos" (GS 40). La Iglesia tiene fundamentalmente una sola misión: "No es de orden política, económico o social" (GS 42). Ofrece lo que posee como propio: "Una visión global del hombre y de la humanidad" según el modelo que encuentra en Cristo; visión que rige toda la vida de los hombres y del mundo: las ciencias, las artes, las ideologías, la política, la actividad económica y social, cada vez que comprometan al hombre en toda su dimensión.

En este contexto el obispo asume su responsabilidad pastoral. No vengo a ser servido sino a servir; a todos, sin distinción alguna; clases sociales, modos de pensar o de crecer; como Jesús, quiero ser servidor de nuestros hermanos los pobres; de los que sufren espiritual o materialmente; de los que reclaman ser considerados en su dignidad humana, como hijos del mismo Padre que está en los cielos; de los que reclaman el afecto y comprensión de sus hermanos; cuente con este hermano, que es también padre en la Fe; quiero estar junto a cada riojano que desinteresadamente se brinde por servir a sus hermanos; servidor de los adultos y especialmente de la juventud.

Ayúdenme a que no me ate a intereses mezquinos o de grupo; obren para que sea el obispo y el amigo de todos; de los católicos y de los no católicos; de los que creen y de los que no creen; de los de la ciudad y de quienes viven en los lugares más apartados; el obispo no trae segundas intenciones; tiene una sola: servir, amando; cuando se equivoque, también es bueno equivocarse para que descubra que el obispo es frágil, ayúdenme a que acierte; porque es difícil, su tarea y su acierto o desacierto trae consecuencias a su pueblo. Ayúdenle al obispo para que nunca deje de ser el proclamador del evangelio, el santificador de los hombres y el buen pastor de su pueblo; para que no calle cuando debe hablar: iluminando, alertando, exhortando o amonestando; para que ningún cálculo puramente humano y mezquino, haga silenciar su palabra o su acción.

Ya me encuentro en mi diócesis, en esta porción del pueblo de Dios que, me ha confiado como obispo para apacentar con la cooperación del presbiterio, los sacerdotes; de suerte que adherida a su pastor y reunida por el Espíritu Santo por medio del evangelio y de la eucaristía, es constituida la iglesia particular riojana y a la vez se encuentra en ella y opera verdaderamente, la Iglesia de Cristo, que es santa, católica y apostólica. Esto es la diócesis: el pueblo de Dios -el cuerpo de Cristo que lleva oculta la vida de Dios y la engendra a los hombres; es una familia; una comunidad; un edificio de piedras vivas que son los cristianos; tiene un pastor; tiene un apóstol; tiene un sacerdote en su plenitud; tiene una vida que es en la fe, la esperanza y la caridad o el amor; es una comunidad de fe -es una comunidad eucarística; es una comunidad misionera.

Porque Cristo se hizo hombre, se hizo hermano mayor nuestro, por eso es comunidad cristiana riojana, está en la ciudad, en Los Llanos, en Tama, en Anillaco, Chamical o Famatina; tiene matices propios, modalidades peculiares, una marcha propia; una personalidad cristiana propia sin dejar de ser la misma Iglesia universal fundada por Jesucristo. Esta comunidad riojana, espiritualmente rica, avalada por su tradición y su historia, religiosamente está abierta a mayor abundancia de evangelio y de vida de Dios, si se multiplicasen los hombres ungidos para el evangelio y la eucaristía; merece respeto, trato delicado y veneración por el reino de Dios implantado en su corazón y que exige ser asumido y maduro en la fe y en la caridad; Cristo, en la diócesis; toma nombres concretos, se llama: Nicolás, Juan, Antonio, Rosa o Clementina; es el hombre concreto; el Cristo que necesita más justicia, más caridad y amor; más desarrollo humano y cristiano. Pero si la Iglesia no se hace sin el obispo, tampoco la Iglesia es el obispo solo; la formamos todos: sacerdotes, religiosos y laicos cristianos; es el pueblo de Dios -todos somos corresponsables, desde nuestra ubicación en el mismo pueblo de Dios; caminamos juntos; implantamos el reino de Dios juntos; buscamos juntos; nos renovamos y nos comprometemos juntos.

Permítanme que a mis sacerdotes, diocesanos y religiosos, que constituyen el presbiterio riojano; que nos une un vínculo sacramental más que jurídico, hoy les diga, delante de mi pueblo: Mis hermanos y mis amigos íntimos. Con ellos comparto el ministerio pastoral; el obispo debe ser padre, hermano y amigo de sus sacerdotes; cuídenme para que nunca deje de serlo; yo les ayudaré para que seamos una comunidad sacerdotal gozosa, íntima, fraterna y apostólicamente comprometida; bendigamos al Señor por los pastores que le ha dado al pueblo riojano. Es testigo Dios que no improviso esta afirmación. Junto a los sacerdotes, están ustedes, religiosas de la diócesis, que consagraron la vida para servir mejor a sus hermanos -encontraran en el obispo al hermano y al padre para que esa consagración sea cada vez más gozosa y realizada, y el servicio con mayor sentido eclesial dentro de la diócesis.
Y para ustedes queridos seminaristas, vidas jóvenes y generosas, conscientes de lo que significa ser hoy sacerdote; para ustedes, junto con mi presbiterio, nuestras preocupaciones mejores de darle al obispo colaboradores eficientes, darle a la diócesis pastores comprometidos evangélicamente con el pueblo de Dios. 
Al presbiterio, miembros activos en la tarea compartida apostólicamente; amigos y hermanos en la caridad y en el servicio.
A ustedes laicos cristianos de La Rioja, organizados o no, jóvenes o adultos, con distintas responsabilidades en la comunidad riojana, encontrarán en el obispo y en el presbiterio nuestro servicio pastoral pronto para que logren, cada vez más, ser maduros en la fe; para que asuman mejor la responsabilidad temporal que les incumbe como laicos y se comprometan mejor para hacer de nuestra Rioja una comunidad más fraterna, más justa, más realizada y más feliz. Por eso piensen, reflexionen, dialoguen, opinen, participen, oigan, aprendan, obedezcan, intervengan, inquiétense, angústiense por los demás, sean solidarios y corresponsables con todos; testifiquen, vayan y produzcan fruto abundante de vida, de testimonio y compromiso cristiano; siéntanse corresponsables junto al obispo, a los sacerdotes y a las religiosas de la misión de la Iglesia.
El lugar de ustedes es estar comprometidos en lo temporal, en el desarrollo integral del pueblo riojano. La casa del obispo es la casa de ustedes.

El obispo con su presbiterio, queremos testificarles, dentro de nuestras limitaciones y debilidades humanas, una vivencia sacerdotal comunitaria, madura, fruto de una interioridad contemplativa, apostólicamente misionera, pastoralmente servidora, humanamente amiga y signo de amor y compromiso con toda la historia de nuestro pueblo; históricamente actora de un desarrollo integral del hombre riojano, desde nuestra misión específica sacerdotal. Tarea difícil pero con la ayuda
del Señor nos esforzaremos para lograrla cada vez más.
Queremos obispo, sacerdotes, religiosas y laicos de la diócesis, asumir con fidelidad, madurez, equilibrio, corresponsabilidad y coraje, la línea renovadora del Concilio; para ello necesitamos seriamente, antes de reformar a otros, convertirnos a Jesucristo con una mayor vivencia en la fe, la esperanza y la caridad. Tendremos que seguir pensando nuestra pastoral diocesana, hasta lograr
una pastoral de conjunto. Si todo plan es un instrumento del que gobierna, su elaboración es responsabilidad de todo el pueblo de Dios. Desde ya están convocados a que todos juntos oremos, reflexionemos y elaboremos las líneas pastorales, que prioritariamente urgen en la diócesis. Ello significa que deberemos estar cada vez más abierto a todos los valores de nuestro medio y de nuestro mundo; no interfiriendo competencia con el poder civil; supliendo en todo aquello que faltando y exigiendo por el bien integral de nuestro pueblo, reclame la acción de la Iglesia; no para dominar sino para servir; con humildad y a la vez con firmeza cuando esté en juego el cumplimiento fiel de nuestra misión; siendo instrumento de unión, de encuentro y de diálogo con todos los riojanos para la elaboración de un plan pastoral de conjunto; deberemos tener presente: un serio conocimiento socio-religioso de La Rioja y sus posibilidades concretas en personal y medios adecuados: la letra y el espíritu del Concilio; el magisterio universal, nacional y latinoamericano de la Iglesia y la lectura detenida y evangélica de los llamados "signos de los tiempos", tratando de lograr que la diócesis se vaya integrando armónicamente en la unidad pastoral dentro de la riqueza de su variedad y evitando la existencia de "islotes apostólicos o pastorales".
Tratemos de conjugar los dones que el Señor ha sembrado en cada bautizado y las exigencias comunitarias de la unidad visible de la diócesis.

¡Hermanos Riojanos! No perdamos nunca el camino de la esperanza, el optimismo y del esfuerzo común; tratemos de no catalogar con facilidad, ingenua o a veces injustamente, a quienes, con sinceridad de corazón, con un auténtico amor y servicio a sus hermanos tiene hambre y sed de justicia para lograr la verdadera paz que es su fruto. A este pueblo, esparcido a lo largo y ancho de la provincia, lo ponemos nuevamente bajo la tutela celestial de nuestro patrono: San Nicolás;
a él le pido que sea para este pueblo un buen pastor como lo fue él para su pueblo. A María santísima, madre de la Iglesia le consagro mi servicio pastoral como obispo de La Rioja.
Sucedo a un hermano en el episcopado que hasta ayer fue el obispo de esta diócesis: monseñor Horacio Gómez Dávila. Cuando un hombre ungido por el Espíritu Santo para apacentar el pueblo de Dios, ante su conciencia, ante Dios y ante su pueblo, con grandeza de alma ve que sus fuerzas se debilitan y la tarea de cumplir es grande, y resuelve que otro hermano siga apacentando su grey, me obliga y obliga a toda la diócesis riojana a testimoniar la gratitud por el testimonio cristiano que nos da.

Quisiera tener la lucidez suficiente y la virtud necesaria para que un día, cuando advierta que no puedo darle a la diócesis lo que debe darle un obispo, pueda también decirle a mi pueblo; aquí les dejo a otro hermano para que siga la marcha y no se detenga, porque no hay tiempo que perder.
A usted, señor vicario capitular, monseñor Tomás Alberto, al cuerpo de consultores, al clero, religiosas y laicos, mi gratitud y el afecto fraterno por el gobierno pastoral que eficientemente ha ejercido en "sede vacante". Gracia a todos por este encuentro familiar en esta ciudad de La Rioja, por todo lo que ha significado su preparación.

Señor gobernador: en usted a todo el gobierno riojano; aquí tiene al obispo de diócesis de La Rioja. Mi tarea pastoral será siempre en bien de este pueblo. En el cumplimiento de nuestras responsabilidades específicas, en el diálogo fecundo y fructífero, sigamos sirviendo al pueblo que nos ha tocado guiar en este momento difícil pero estupendo que nos toca vivir. Lo felicito por su presencia y la de su gobierno, con que tan amablemente ha querido acompañar a su pueblo en este acontecimiento de la vida religiosa de La Rioja.
Gracias a las distintas instituciones representadas, por el signo y el ejemplo que están dando, que dice de una comunidad que sabe estar presente en los acontecimientos que hacen a su misma vida riojana. Gracias a usted, monseñor Antonio Murad Abud, archimandrita de la comunidad ortodoxa, hermano y amigo, a su comunidad aquí representada por el ejemplo de caridad cristiana y de ecumenismo. La casa del obispo es su casa y la mesa del altar de su catedral se la ofrezco para que celebre la eucaristía a su comunidad ortodoxa riojana.
Gracias a ustedes, hermanos en el episcopado, por haberme acompañado y por el testimonio de colegialidad que están dando al pueblo de La Rioja.

Gracias a ustedes delegaciones de Córdoba; junto a ustedes he realizado un largo trecho en el camino de mi vida; con las luces de esta noche se enciende en mi alma el recuerdo y la gratitud por todo lo que me han brindado en la vida; desde hoy aquí tienen a un riojano que no los olvidará.-

 
 
 


El pasado 8 de Junio, el obispo Marcelo Colombo (actual arzobispo de Mendoza) comunicó que el santo padre Francisco habia autorizado la promulgación del Decreto que reconoce el martirio de los Siervos de Dios Mons. Enrique Angelelli P. Gabriel, Fr. Carlos de Dios Murias y Wenceslao Pedernera, laico y  padre de familia, asesinados por  odio a la fe en la provincia de La Rioja, Argentina en 1976. (Leer comunicado de la Santa Sede (Leer comunicado de Monseñor Colombo)

- Ese día, 24 de agosto de 1968, la JOC (Juventud Obrera Católica) y otros fieles de la comunidad de Chamical recibieron a Mons. Angelelli, quién llegaba a la provincia de La Rioja desde Córdoba.-





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jueves, 9 de agosto de 2018

“SALVEMOS LAS 2 VIDAS” – QUE NO SEA SOLO UN LEMA


-No es el momento de levantar los brazos en signo de triunfo o de cruzarlos en signo de “la lucha terminó”, “lo logramos”, considero que es el momento de abrir y extender los brazos en acciones concretas a favor de la vida-





En la madrugada de hoy la mayoría de los senadores de la República Argentina votaron en contra de la aprobación del proyecto de ley de despenalización del aborto.

El debate sobre este proyecto de ley se instaló fuertemente en todos los ámbitos de nuestra sociedad argentina e incluso ha tenido repercusiones internacionales. Pero lamentablemente este debate produjo “una gran grieta” en Argentina, una división de la sociedad, que lamentablemente a veces se expreso de forma violenta desde ambos sectores (a favor o en contra de la legalización del aborto).

Podríamos decir que este debate  llegó a un punto final (en instancias legislativas) pero yo considero que se abre un nuevo debate: ¿Cómo salvar la vida de todos?. Un interrogante que deben responder concretamente los sectores y/o movimientos opositores a la legalización del aborto ( que se manifestaron bajo el lema: "Salvemos las 2 vidas"). Como así también aquellos sectores y/o movimientos que se manifestaron a favor de la aprobación de esta ley. Cabe mencionar que muchas personas optaron por esta decisión también en defensa de la vida, manifestando su  preocupación por aquellas mujeres que sufren las consecuencias de la clandestinidad del aborto, consecuencias que  conducen  a la muerte, en algunos casos.

Por lo tanto considero que desde ambos sectores se deben abandonar algunas barreras: la violencia, el triunfalismo o el fatalismo y se deben realizar  propuestas, proyectos y acciones concretas en defensa de la vida.

Debemos pensar cómo atender y acompañar las distintas realidades que atentan contra la vida:

Debemos pensar como acompañar a aquellas mujeres víctimas de violación y también elevar un grito de justicia para que los violadores sean condenados.

Debemos pensar como acompañar a aquellas mujeres embarazadas que caen en la desesperación o depresión porque lamentablemente no pueden solventar económicamente las necesidades básicas de sus hijos. (“Las mujeres pobres”, estuvieron muy presentes en los discursos de ambos sectores)

Debemos acompañar a aquellas mujeres que sufren las consecuencias de la clandestinidad del aborto para evitar más muertes y denunciar esta práctica para que sea efectiva la penalización de la misma.

Debemos acompañar a aquellas mujeres que deciden no ser madres (sin juzgarlas).

Recordemos este conocido refrán: “Manos a la obra”

Diego E. Olivera

miércoles, 8 de agosto de 2018

"ANGELELLI Y EL ABORTO"



El senado de la Nación en la República Argentina debatirá y votara hoy (8 de agosto) el proyecto de ley que impulsa la despenalización y legalización del aborto.

A continuación podrán leer palabras de Monseñor Angelelli referidas al aborto en los años 1973 y 1975.

-Monseñor Enrique Angelelli fue el 3° obispo de la diócesis de La Rioja, asumió el 24 de Agosto de 1968 la guía pastoral de dicha diócesis y fue asesinado el 4 de Agosto de 1976.

El 8 de Junio de 2018 el Santo Padre Francisco ha autorizado la publicación del decreto que reconoce el martirio en odio de la fe, padecido por Mons. Enrique Angelelli, los padres Carlos Murias y Gabriel Longueville, y el laico Wenceslao Pedernera.-

El Aborto en palabras de Monseñor Angelelli:

-“Como señalamos otro mal que es verdadero crimen: El Aborto, las consecuencias personales y sociales son funestas. Quien paga las consecuencias es la Familia.”-
(Misa radial, Celebración de Nuestra Señora del Rosario, 7 de Octubre 1973)

-No construimos la vida, cuando: cuando quitamos la vida de nuestros hermanos más indefensos, porque aún están en el seno materno, por medio del “aborto”.- (Misa radial 5° Domingo de Cuaresma, 16 de Marzo de 1975)

-No podemos negar los obstáculos y serias dificultades que la familia tiene que superar en el mundo de hoy. Ataques doctrinarios, unos claros y otros solapados, al vínculo familiar; ejemplos escandalosos que los medios de comunicación se encargan de divulgar; campañas contra la natalidad realizadas en muchas ocasiones bajo la apariencia de seriedad científica; falta de cohesión interna en muchas familias; intentos de corromper a la juventud con drogas; angustiosas situaciones económicas; pérdida del respeto de la vida - en particular el aborto -, son algunos elementos que ponen en crisis a la familia.- (Misa radial,  4 de Mayo 1975)


Palabras de Monseñor Marcelo Colombo: “Angelelli no descuidó destacar otros aspectos de muerte en la vida social de La Rioja y de Argentina en aquel momento. Por eso lo que dice sobre el aborto no se debe separar de su lucha constante por el respeto a las mujeres, de la denuncia de la explotación de las mujeres, por ejemplo en las numerosas referencias a la trata de personas, a las condiciones de servidumbre en la que muchas mujeres debían desarrollar su trabajo como empleadas domésticas aquí en La Rioja o en Buenos Aires, a donde emigraban masivamente. Constituye todo un signo su lucha para que las mujeres de servicio doméstico tuvieran un sindicato, que todavía sigue funcionando”. (Fuente:http://www.lastampa.it/2018/06/13/vaticaninsider/angelelli-y-el-aborto-un-verdadero-crimen-MVaahwNljsZA4hX5Oxsn6I/pagina.html)

Angelelli y compañeros mártires, rueguen por nosotros!!!

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domingo, 5 de agosto de 2018

HOMILÍA (AUDIO y TEXTO) DE LA MISA POR EL 42° ANIVERSARIO DEL MARTIRIO DE MONS. ANGELELLI - PUNTA DE LOS LLANOS


En el día de hoy se celebró el 42° aniversario del martirio de Monseñor Angelelli y compañeros mártires, en el paraje “El Pastor” en la localidad de Punta de los Llanos, lugar donde fue asesinado Monseñor Angelelli.


La misa fue presidida por el administrador diocesano de la diócesis de La Rioja, Marcelo Daniel Colombo acompañado de Monseñor Roberto Rodríguez, obispo emérito de La Rioja y Monseñor Enrique Martínez, obispo auxiliar de la diócesis de Santiago del Estero. También estuvieron presentes, el Vice Postulador de la Causa de Monseñor Angelelli y compañeros mártires, Fr. Martín Pablo Bitzer OFM Conv, y numerosos sacerdotes de la diócesis local como así también de otras diócesis.




A continuación podrán escuchar la homilía de Monseñor Marcelo Colombo:



Leer Homilía

Al finalizar la misa, Coca (esposa de Wenceslao Pedernera) le entrego un obsequio de despedida al obispo Marcelo Colombo en nombre de todas las comunidades. (El próximo 11 de Agosto asumirá como Arzobispo de la arquidiócesis de Mendoza)







Recordamos que el pasado 8 de Junio el Santo Padre Francisco autorizó la publicación del decreto que reconoce el martirio en odio de la fe, padecido por Mons. Enrique Angelelli, los padres Carlos Murias y Gabriel Longueville, y el laico Wenceslao Pedernera



Enrique Angelelli y compañeros mártires, rueguen por nosotros!!!

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(AUDIO Y TEXTO) - HOMILÍA EN LA MISA DEL 42° ANIVERSARIO DEL MARTIRIO DE MONS. ANGELELLI

En la diócesis de La Rioja celebramos el 42 aniversario del martirio de Monseñor Enrique Angelelli. A continuación la homilía de Monseñor Marcelo Colombo:

Leer Homilía:"Jesús Pan Vivo no quiere el hambre de su Pueblo"



Escuchar Homilía: https://ar.ivoox.com/es/27593316

Al finalizar la misa, el obispo Marcelo Colombo acompañado de los sacerdotes que estuvieron presentes en esta celebración rezaron un responso en la tumba de Monseñor Angelelli




Otras publicaciones de Monseñor Angelelli






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sábado, 4 de agosto de 2018

"ANGELELLI, LA PALABRA VIVA" - DOCUMENTAL

Queridos amigos en el día de hoy recordamos el 42° aniversario del martirio de Monseñor Enrique Angelelli.

Monseñor Enrique Angelelli fue el tercer obispo de la diócesis de La Rioja, asumió el 24 de Agosto de 1968 la guía pastoral de dicha diócesis y fue asesinado el 4 de Agosto de 1976.

El 8 de Junio de 2018 el Santo Padre Francisco ha autorizado la publicación del decreto que reconoce el martirio en odio de la fe, padecido por Mons. Enrique Angelelli, los padres Carlos Murias y Gabriel Longueville, y el laico Wenceslao Pedernera.-

Sus palabras y su pastoral siguen vivas en todo el pueblo de Dios, y más aun con este reconocimiento de la Iglesia Católica como mártir, es decir, vivió y murió  por las enseñanzas del Evangelio de Cristo.


Los invito a ver el siguiente documental (3 partes) para conocer la vida de este pastor de tierra adentro:







Angelelli y compañeros mártires, rueguen por nosotros!!!

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viernes, 3 de agosto de 2018

TRIDUO CELEBRANDO EL MARTIRIO DE MONSEÑOR ENRIQUE ANGELELLI Y COMPAÑEROS MARTIRES - 3° DIA

3° Día: Meditamos sobre el ministerio de los Obispos.
"Agradeciendo a Dios por la vida y testimonio de Monseñor Enrique Angelelli."


24 de Agosto de 1968, Monseñor Angelelli asumió como 3° obispo de la diocesis de La Rioja



LA PALABRA DE DIOS ILUMINA NUESTRA VIDA

Del Evangelio según San Juan (21,15-19)

Después de comer, Jesús dijo a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?». Él le respondió: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero». Jesús le dijo: «Apacienta mis corderos». Le volvió a decir por segunda vez: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?». Él le respondió: «Sí, Señor, sabes que te quiero». Jesús le dijo: «Apacienta mis ovejas». Le preguntó por tercera vez: «Simón, hijo de Juan ¿me quieres?». Pedro se entristeció de que por tercera vez le preguntara si lo quería, y le dijo: «Señor, tú lo sabes todo; sabes que te quiero». Jesús le dijo: «Apacienta mis ovejas. Te aseguro que cuando eras joven tú mismo te vestías e ibas a donde querías. Pero cuando seas viejo, extenderás tus brazos, y otro te atará y te llevará a donde no quieras». De esta manera, indicaba con qué muerte Pedro debía glorificar a Dios. Y después de hablar así, le dijo: «Sígueme».

                                          Palabra del Señor.


---Meditamos en silencio el servicio al que están llamados los
Obispos. Tengamos un corazón agradecido al testimonio
de vida entregada hasta la muerte de Mons. Enrique. Y
encomendémosle a él el nuevo Obispo que enviará a
nuestra diócesis, para que tenga los mismos sentimientos
de Jesús, el Buen Pastor.---


LA VOZ DEL PASTOR


Nos enseñaba Mons. Enrique:

“No vengo a ser servido sino a servir; a todos, sin distinción alguna; clases sociales, modos de pensar o de crecer; como Jesús, quiero ser servidor de nuestros hermanos los pobres; de los que sufren espiritual o materialmente; de los que reclaman ser considerados en su dignidad humana, como hijos del mismo Padre que está en los cielos; de los que reclaman el afecto y comprensión de sus hermanos; cuenten con éste hermano, que es también padre en la Fe; quiero estar junto a cada riojano que desinteresadamente se brinde por servir a sus hermanos; servidor de los adultos y especialmente de la juventud. Ayúdenme a que no me ate a intereses mezquinos o de grupo; obren para que sea el obispo y el amigo de todos; de los Católicos y de los no católicos; de los que creen y de los que no creen; de los de la ciudad y de quienes viven en los lugares más apartados; el obispo no trae segundas intenciones; tiene una sola: servir, amando; cuando se equivoque, también es bueno equivocarse para que descubra que el obispo es frágil, ayúdenme a que acierte (…) Ayúdenle al obispo para que nunca deje de ser el proclamador del evangelio, el santificador de los hombres y el buen pastor de su pueblo; para que no calle cuando debe hablar: iluminando, alertando, exhortando o amonestando; para que ningún cálculo puramente humano y mezquino, haga silenciar su palabra o su acción.”

(Primer mensaje a la Diócesis, 24 de agosto de 1968)


VIDA DE LOS TESTIGOS DE NUESTRA IGLESIA




Monseñor Enrique Angelelli: Nació en Córdoba el 17 de julio de 1923. En marzo de 1938 ingresó al seminario de Córdoba. Fue ordenado sacerdote en Roma en 1949. Desde su sacerdocio joven, empezó su misión siendo asesor de la Juventud Obrera Católica y la Juventud Universitaria Católica; y animando la capilla Cristo Obrero de la ciudad de Córdoba. En 1961 el Beato Juan XXIII lo elige obispo auxiliar de Córdoba, con sólo 38 años. El 11 de julio de 1968, el Papa Pablo VI lo nombra Obispo de La Rioja; tarea que asume el 24 de agosto con el lema "Justicia y Paz". Recorrió todos los rincones de la Diócesis, hasta los ranchos más apartados, viviendo intensamente su regla de oro: "Para servir, hay que tener un oído atento al Evangelio y el otro en el pueblo". Denunció con fuerza proféticamente la represión sufrida durante la dictadura militar. Por ello fue perseguido y calumniado. El 4 de agosto de 1976 mientras viajaba de Chamical a La Rioja, fue asesinado mediante un supuesto "accidente" automovilístico. “Cayó en el camino con los brazos abiertos; como crucificado. Signo de un gran amor por su pueblo”



- Rezamos: Padre Nuestro. Ave María y Gloria.
- Testigos de la Iglesia riojana.
- Rueguen por nosotros.
- Rezamos la oración pidiendo la glorificación de nuestros testigos:

Oración pidiendo la glorificación de los
Testigos de la Iglesia riojana

Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que en Él y por Él manifestaste bienaventurados
a los que tienen hambre y sed de justicia,
y a los perseguidos y ultrajados por causa suya,
te imploramos que la Iglesia en Argentina
recoja y siga haciendo fecunda
la siembra evangélica de los Siervos de Dios
Enrique Angelelli, Carlos de Dios Murias,
Gabriel Longueville y Wenceslao Pedernera.
Te pedimos la gracia
de ver proclamados sus nombres
entre los mártires de tu Iglesia.
Que sus vidas y muertes,
como testigos de la fe en Jesús,
afiancen por tu Espíritu la esperanza
en el corazón de tu pueblo,
para que, peregrinando hacia el Tinkunaco final,
construya la paz en la justicia y el amor. Amén


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jueves, 2 de agosto de 2018

TRIDUO CELEBRANDO EL MARTIRIO DE MONSEÑOR ENRIQUE ANGELELLI Y COMPAÑEROS MARTIRES - 2° DIA

2° Día: Meditamos sobre la vida sacerdotal y religiosa.

"Agradeciendo a Dios por la vida y testimonio de los sacerdotes: Carlos de Dios Murias OFM Conv. y Gabriel Longeville."


Primera jornada pastoral con el clero en 1969



LA PALABRA DE DIOS ILUMINA NUESTRA VIDA

Del Evangelio según San Marcos (6, 6-13)

Jesús recorría las ciudades, enseñando a la gente. Entonces llamó a los Doce y los envió de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus impuros. Y les ordenó que no llevaran para el camino más que un bastón; ni pan, ni alforja, ni dinero; que fueran calzados con sandalias y que no tuvieran dos túnicas. Les dijo: «Permanezcan en la casa donde les den alojamiento hasta el momento de partir» (…) Entonces fueron a predicar, exhortando a la conversión; expulsaron a muchos demonios y curaron a numerosos enfermos, ungiéndolos con óleo.

                                          Palabra del Señor.


---Meditamos en silencio el gran misterio de servicio que es
el Sacerdocio. Recemos por nuestros sacerdotes y por los
jóvenes que se preparan para serlo.---


LA VOZ DEL PASTOR


Nos enseñaba Mons. Enrique:

“El sacerdote ha sido consagrado y ungido para ser enviado. Nunca seremos lo suficientemente conscientes de lo que Dios obra en la ordenación sacerdotal. El sacerdocio que recibimos no es para nosotros; no es una dignidad solamente personal; no es fin en sí mismo; está destinado al mundo; a la Iglesia, a la comunidad, a los hombres. El sacerdocio es apostólico; es misionero; es ejercicio de mediación; es esencialmente social; el sacerdocio es caridad; es amor; pobres de nosotros si lo convertimos para nuestra propia utilidad y provecho; es donación total de la vida; es “crucificante” y a la vez signo de vida; de la Pascua; de la esperanza; deberá estar inmerso en la agitada y multiforme experiencia y vida de los hombres: “ustedes son sal y luz del mundo...”; es constituido en ministro de la Palabra de Dios, de la Gracia y del Amor. La misión sacerdotal deberá estar siempre marcada por la caridad de Cristo que nos urge; ningún otro estímulo la podrá sustituir y superar.”

(Homilía del 9 de Noviembre de 1975)


VIDA DE LOS TESTIGOS DE NUESTRA IGLESIA





Padre Gabriel Longeville: Nació en Francia en 1931 donde fue ordenado sacerdote en 1957. Ingresó en la Organización del apostolado francés que preparaba sacerdotes para ser enviados a América Latina. En 1971 llegó a La Rioja, donde Mons. Angelelli lo destina a la parroquia El Salvador de Chamical.

Fray Carlos de Dios Murias: Nació en Córdoba en 1945. Fue fraile franciscano conventual. En 1972 Mons. Angelelli lo ordenó sacerdote en Buenos Aires. Atraído por la pastoral que había en La Rioja pidió a sus superiores servir en esta diócesis, a la que llegó en 1975 siendo destinado a la parroquia de Chamical, donde lo recibió el padre Gabriel.

Identificados profundamente con Jesús sacerdote, emprendieron una pastoral comprometida con la construcción de una sociedad más fraterna, justa e igualitaria. Ambos vivían la pobreza evangélica con la naturalidad de quienes han nacido para eso. Durante la noche del 18 de julio de 1975 ambos fueron secuestrados de su casa, torturados y asesinados. Sus cuerpos fueron arrojados en la orilla de las vías del tren.



- Rezamos: Padre Nuestro. Ave María y Gloria.
- Testigos de la Iglesia riojana.
- Rueguen por nosotros.
- Rezamos la oración pidiendo la glorificación de nuestros testigos:

Oración pidiendo la glorificación de los
Testigos de la Iglesia riojana

Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que en Él y por Él manifestaste bienaventurados
a los que tienen hambre y sed de justicia,
y a los perseguidos y ultrajados por causa suya,
te imploramos que la Iglesia en Argentina
recoja y siga haciendo fecunda
la siembra evangélica de los Siervos de Dios
Enrique Angelelli, Carlos de Dios Murias,
Gabriel Longueville y Wenceslao Pedernera.
Te pedimos la gracia
de ver proclamados sus nombres
entre los mártires de tu Iglesia.
Que sus vidas y muertes,
como testigos de la fe en Jesús,
afiancen por tu Espíritu la esperanza
en el corazón de tu pueblo,
para que, peregrinando hacia el Tinkunaco final,
construya la paz en la justicia y el amor. Amén


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miércoles, 1 de agosto de 2018

TRIDUO POR EL MARTIRIO DE MONSEÑOR ENRIQUE ANGELELLI - 1° DIA

1° Día: Meditamos sobre la vida laical.

"Agradeciendo a Dios por la vida y testimonio de Wenceslao Pedernera, esposo y padre de familia."

Encuentro bíblico diocesano: Monseñor Angelelli, el P. Aciar y laicos

LA PALABRA DE DIOS ILUMINA NUESTRA VIDA

Del Evangelio según San Mateo (20, 1- 8)

Dijo Jesús a sus discípulos: el Reino de los Cielos se parece a un propietario que salió muy de madrugada a contratar obreros para trabajar en su viña. Trató con ellos un denario por día y los envío a su viña.
                                          Palabra del Señor.


---Meditamos en silencio como Jesús nos llama, 
por medio del bautismo, a trabajar en medio del mundo, 
sembrando el Reino de Dios---


LA VOZ DEL PASTOR

Nos enseñaba Mons. Enrique:

“A ustedes laicos cristianos de La Rioja, organizados o no, jóvenes o adultos, con distintas responsabilidades en la comunidad riojana, encontrarán en el obispo y en el presbiterio nuestro servicio pastoral pronto para que logren, cada vez más, ser maduros en la fe; para que asuman mejor la responsabilidad temporal que les incumbe como laicos y se comprometan mejor para hacer de nuestra Rioja una comunidad más fraterna, más justa, más realizada y más feliz. Por eso piensen, reflexionen, dialoguen, opinen, participen, oigan, aprendan, obedezcan, intervengan, inquiétensen, angustiensen por los demás, sean solidarios y corresponsables con todos; testifiquen, vayan y produzcan fruto abundante de vida, de testimonio y compromiso cristiano; siéntanse corresponsables junto al obispo, a los sacerdotes y a las religiosas de la misión de la Iglesia. El lugar de ustedes es estar comprometidos en lo temporal, en el desarrollo integral del pueblo riojano. La casa del obispo es la casa de ustedes.”

(Primer mensaje a la Diócesis de La Rioja, 24 de agosto de 1968)


VIDA DE LOS TESTIGOS DE NUESTRA IGLESIA

Wenceslao Pedernera: Nació en San Luis en el año 1938. Siendo adolescente se integró al Movimiento Rural Diocesano. Trabajando en Mendoza conoció a su esposa Martha, con quién tuvo tres hijas: María, Susana y Estela. En 1974, atraído por la pastoral de Mons. Angelelli se trasladó a La Rioja para integrarse en la formación de la cooperativa “La Buena Estrella”. Impregnó su vida de amor evangélico a los más necesitados trabajando para que todos pudieran tener las mismas posibilidades de trabajo y desarrollo. Durante la madrugada del 25 de julio de 1976 fue asesinado delante de su familia. Sus últimas palabras, dirigidas a su esposa e hijas, fueron: “No tengan odio”



- Rezamos: Padre Nuestro. Ave María y Gloria.
- Testigos de la Iglesia riojana.
- Rueguen por nosotros.
- Rezamos la oración pidiendo la glorificación de nuestros testigos:

Oración pidiendo la glorificación de los
Testigos de la Iglesia riojana

Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo,
que en Él y por Él manifestaste bienaventurados
a los que tienen hambre y sed de justicia,
y a los perseguidos y ultrajados por causa suya,
te imploramos que la Iglesia en Argentina
recoja y siga haciendo fecunda
la siembra evangélica de los beatos 
Enrique Angelelli, Carlos de Dios Murias,
Gabriel Longueville y Wenceslao Pedernera.
Te pedimos la gracia
de ver proclamados sus nombres
entre los mártires de tu Iglesia.
Que sus vidas y muertes,
como testigos de la fe en Jesús,
afiancen por tu Espíritu la esperanza
en el corazón de tu pueblo,
para que, peregrinando hacia el Tinkunaco final,
construya la paz en la justicia y el amor. Amén


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