martes, 12 de febrero de 2013

Miércoles de Ceniza


El Miércoles de Ceniza es el primer día de la Cuaresma. (Tiempo de Conversión del Corazón)

Este día, que es para los católicos día de ayuno y abstinencia, igual que el Viernes Santo, se realiza la imposición de la ceniza a los fieles que asisten a misa. Estas cenizas se elaboran a partir de la quema de los ramos del Domingo de Ramos del año anterior, y son bendecidas y colocadas sobre la cabeza o la frente de los fieles como signo de la caducidad de la condición humana; como signo penitencial, ya usado desde el Antiguo Testamento; y como signo de conversión, que debe ser la nota dominante durante toda la Cuaresma.
En el rito católico la imposición de la ceniza es realizada por el sacerdote sobre los fieles. El sacerdote puede hacer una cruz con la ceniza en la frente de los fieles o dejar caer un poco de ceniza en su cabeza. En el caso de los clérigos se puede aplicar en la tonsura. Mientras lo hace puede emplear una de las siguientes frases extraídas de las Escrituras:
  1. Concédenos, Señor, el perdón y haznos pasar del pecado a la gracia y de la muerte a la vida (Gén. 3:19)
  2. Recuerda que polvo eres y en polvo te convertirás (Gn. 3,19)
  3. Arrepiéntete y cree en el Evangelio (Mc. 1,14-15)

Antiguamente los judíos y otros pueblos de Oriente Próximo acostumbraban a cubrirse de ceniza cuando hacían algún sacrificio y los ninivitas también usaban la ceniza como gesto de arrepentimiento profundo. La Biblia menciona múltiples ocasiones y pueblos que utilizaban la ceniza en significado de duelo como en Mt 11:21
En los primeros siglos de la Iglesia, las personas que querían recibir el Sacramento de la Reconciliación el Jueves Santo, se ponían ceniza en la cabeza y se presentaban ante la comunidad vestidos con un "hábito penitencial". Esto representaba su voluntad de convertirse.
En el año 384 d.C., la Cuaresma adquirió un sentido penitencial para todos los cristianos y desde el siglo XI, la Iglesia de Roma solía poner las cenizas al iniciar los 40 días de penitencia y conversión.
Las cenizas que se utilizan se obtienen quemando las palmas usadas el Domingo de Ramos del año anterior. De acuerdo a la Tradición, esto recuerda que lo que fue signo de gloria pronto se reduce a nada.
También, fue usado el período de Cuaresma para preparar a los que iban a recibir el Bautismo la noche de Pascua, imitando a Cristo con sus 40 días de ayuno.
La imposición de ceniza es una costumbre que recuerda a los que la practican que algún día vamos a morir y que el cuerpo se va a convertir en polvo.

Video explicativo de la Cuaresma desarrollado por el equipo de Imparare Roma (Les adjunto el canal de youtube http://www.youtube.com/user/ImparareRoma?feature=watch donde encontraran videos que nos sirven para conocer nuestra FE de una manera amena y divertida, estos vídeos están desarrollados por un grupo de religiosos que se están preparando en Roma para ser sacerdotes.)


La Penitencia Interior (Extraído del Catecismo de la Iglesia Catolica)

1430 -Como ya en los profetas, la llamada de Jesús a la conversión y a la penitencia no
mira, en primer lugar, a las obras exteriores "el saco y la ceniza", los ayunos y las
mortificaciones, sino a la conversión del corazón, la penitencia interior. Sin ella,
las obras de penitencia permanecen estériles y engañosas; por el contrario, la
conversión interior impulsa a la expresión de esta actitud por medio de signos
visibles, gestos y obras de penitencia (cf Jl 2,12-13; Is 1,16-17; Mt 6,1-6. 16-18).

1431 -La penitencia interior es una reorientación radical de toda la vida, un retorno, una
conversión a Dios con todo nuestro corazón, una ruptura con el pecado, una
aversión del mal, con repugnancia hacia las malas acciones que hemos cometido.
Al mismo tiempo, comprende el deseo y la resolución de cambiar de vida con la
esperanza de la misericordia divina y la confianza en la ayuda de su gracia. Esta
conversión del corazón va acompañada de dolor y tristeza saludables que los
Padres llamaron "animi cruciatus" (aflicción del espíritu), "compunctio cordis"
(arrepentimiento del corazón) (cf Cc. de Trento: DS 1676-1678; 1705; Catech. R.
2, 5, 4).

1432 -El corazón del hombre es rudo y endurecido. Es preciso que Dios dé al hombre un
corazón nuevo (cf Ez 36,26-27). La conversión es primeramente una obra de la
gracia de Dios que hace volver a él nuestros corazones: "Conviértenos, Señor, y
nos convertiremos" (Lc 5,21). Dios es quien nos da la fuerza para comenzar de
nuevo. Al descubrir la grandeza del amor de Dios, nuestro corazón se estremece
ante el horror y el peso del pecado y comienza a temer ofender a Dios por el
pecado y verse separado de él. El corazón humano se convierte mirando al que
nuestros pecados traspasaron (cf Jn 19,37; Za 12,10).
Tengamos los ojos fijos en la sangre de Cristo y comprendamos cuán preciosa es a
su Padre, porque, habiendo sido derramada para nuestra salvación, ha conseguido
para el mundo entero la gracia del arrepentimiento (S. Clem. Rom. Cor 7,4).