viernes, 4 de septiembre de 2015

Qué podemos hacer por nuestros hermanos más necesitados? (Refugiados, Emigrantes, Perseguidos,Pobres)

Debido a los hechos trágicos que han sucedido en estos días y al escuchar en muchas oportunidades “nosotros no podemos hacer nada”, les propongo un pequeño aporte de cuatro cosas que podemos hacer por nuestros hermanos más necesitados, tomando como referencia algunos parrafós del Catecismo de la Iglesia Católica 

Información

En primer lugar creo que debemos informarnos, debido al gran avance de la tecnología en los medios de comunicación hoy podemos conocer lo que pasa en el mundo casi al instante. Aprovechando estos avances debemos acceder a la información y conocer que ha sucedido, donde ha sucedido, como ha sucedido, quienes son los protagonistas o victimas en el peor de los casos.
Pero debemos tener cuidado de no quedar “enredados” entre tantas posibilidades de informarnos y así perder de vista la visión antropológica de los medios de comunicación cayendo en una indiferencia ante lo que realmente está sucediendo.

“Dentro de la sociedad moderna, los medios de comunicación social desempeñan un papel importante en la información, la promoción cultural y la formación. Su acción aumenta en importancia por razón de los progresos técnicos, de la amplitud y la diversidad de las noticias transmitidas, y la influencia ejercida sobre la opinión pública.”( 2493 – Catecismo de la Iglesia Católica)

La información de estos medios es un servicio del bien común (cf IM 11). La sociedad tiene derecho a una información fundada en la verdad, la libertad, la justicia y la solidaridad.    (2494 - Catecismo de la Iglesia Católica)



Sensibilización

En segundo lugar creo que debemos sensibilizarnos por las situaciones más trágicas que viven nuestros hermanos en distintas partes del mundo, esto es hacer que la información llegue a nuestros corazones, no quedarnos solo en el plano de la razón. Si la información llega realmente a nuestros corazones la misma nos moviliza y nos impulsa a querer sanar la herida del prójimo. Pero si sólo nos quedamos con conocer lo que sucede (a veces solo leyendo titulares) esto nos insensibiliza y nos coloca en una posición pasiva. Si logramos llegar a una sana sensibilización de estas difíciles situaciones nos nace el deseo por hacer algo por nuestros hermanos. Cabe aclarar que al sensibilizarnos debemos evitar caer en el morbo o lo grotesco.

“Los medios de comunicación social (en particular, los mass-media) pueden engendrar cierta pasividad en los usuarios, haciendo de estos consumidores poco vigilantes de mensajes o de espectáculos. Los usuarios deben imponerse moderación y disciplina respecto a los mass-media. Han de formarse una conciencia clara y recta para resistir más fácilmente las influencias menos honestas.” (2496 - Catecismo de la Iglesia Católica)
  
“La pureza cristiana exige una purificación del clima social. Obliga a los medios de comunicación social a una información cuidadosa del respeto y de la discreción. La pureza de corazón libera del erotismo difuso y aparta de los espectáculos que favorecen el exhibicionismo y la ilusión.”( 2525 - Catecismo de la Iglesia Católica)





Oración

En concreto después de conocer y de compartir con nuestro corazón el dolor de quienes sufren , nos comprometemos más aun con estas realidades ofreciendo nuestra oración de intercesión, es decir, salimos de nosotros mismos y dirigimos una oración a Dios por los demás, de manera particular por los hermanos que más sufren.

“La intercesión es una oración de petición que nos conforma muy de cerca con la oración de Jesús. El es el único intercesor ante el Padre en favor de todos los hombres, de los pecadores en particular (cf Rm 8, 34; 1 Jn 2, 1; 1 Tm 2. 5-8). Es capaz de "salvar perfectamente a los que por él se llegan a Dios, ya que está siempre vivo para interceder en su favor" (Hb 7, 25). El propio Espíritu Santo "intercede por nosotros... y su intercesión a favor de los santos es según Dios" (Rm 8, 26-27).”
(2634- Catecismo de la Iglesia Católica)


“Interceder, pedir en favor de otro, es, desde Abraham, lo propio de un corazón conforme a la misericordia de Dios. En el tiempo de la Iglesia, la intercesión cristiana participa de la de Cristo: es la expresión de la comunión de los santos. En la intercesión, el que ora busca "no su propio interés sino el de los demás" (Flp 2,4), hasta rogar por los que le hacen mal (recuérdese a Esteban rogando por sus verdugos, como Jesús: cf Hch 7, 60; Lc 23, 28. 34).” (2635- Catecismo de la Iglesia Católica)

“Las primeras comunidades cristianas vivieron intensamente esta forma de participación (cf Hch 12, 5; 20, 36; 21, 5; 2 Co 9, 14). El Apóstol Pablo les hace participar así en su ministerio del Evangelio (cf Ef 6, 18-20; Col 4, 3-4; 1 Ts 5,25); él intercede también por ellas (cf 2 Ts 1, 11; Col 1, 3; Flp 1, 3-4). La intercesión de los cristianos no conoce fronteras: "por todos los hombres, por todos los constituídos en autoridad" (1 Tm 2, 1), por los perseguidores (cf Rm 12,14), por la salvación de los que rechazan el Evangelio (cf Rm 10, 1).” (2636- Catecismo de la Iglesia Católica)





Acción o Misión

Sin lugar a duda  a veces nos llenamos de impotencia asumiendo que no podemos hacer nada por aquellas situaciones que se presentan muy alejadas de nuestra realidad y del lugar donde vivimos pero sin embargo pienso que podemos sumar nuestro granito de arena en pos del bien común. Debemos comenzar por lo más cercano para lograr así grandes cosas en busca de una mejor calidad de vida para todos; debemos observar nuestra realidad cercana y las necesidades que sufren nuestros hermanos más próximos y tratar de llevar soluciones a estas problemáticas. De este modo estaremos realizando un doble misión: la ayuda al prójimo más necesitado y generaremos conciencia en cuanto a que si podemos hacer algo por los que más sufren en búsqueda del bien común, la justicia y la paz.

1807 La justicia es la virtud moral que consiste en la constante y firme voluntad de dar a Dios y al prójimo lo que les es debido. La justicia para con Dios es llamada "la virtud de la religión". Para con los hombres, la justicia dispone a respetar los derechos de cada uno y a establecer en las relaciones humanas la armonía que promueve la equidad respecto a las personas y al bien común. El hombre justo, evocado con frecuencia en las Sagradas Escrituras, se distingue por la rectitud habitual de sus pensamientos y de su conducta con el prójimo. "Siendo juez no hagas injusticia, ni por favor del pobre, ni por respeto al grande: con justicia juzgarás a tu prójimo" (Lv 19,15). "Amos, dad a vuestros esclavos lo que es justo y equitativo, teniendo presente que también vosotros tenéis un Amo en el cielo" (Col 4,1).(1807- Catecismo de la Iglesia Católica)

“La socialización presenta también peligros. Una intervención demasiado fuerte del Estado puede amenazar la libertad y la iniciativa personales. La doctrina de la Iglesia ha elaborado el principio llamado de subsidiaridad. Según éste, "una estructura social de orden superior no debe interferir en la vida interna de un grupo social de orden inferior, privándola de sus competencias, sino que más bien debe sostenerla en caso de necesidad y ayudarla a coordinar su acción con la de los demás componentes sociales, con miras al bien común" (CA 48; Pío XI, enc."Quadragesimo anno")”. (1883- Catecismo de la Iglesia Católica)



"Que los emigrantes sientan el consuelo de tu amor en el destierro, 
que puedan regresar a su patria y que un día alcancen también la patria eterna."
Señor, ten piedad.


4 de Septiembre - Dia del Inmigrante (En Argentina)



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